El té Rooibos o té del Arbusto Rojo, como también se lo conoce, no es verdaderamente un té, sino que es una hierba autóctona de la zona de Cederburg en Sudafrica, el Aspalanthus lineansis.
Es el té sur-africano por excelencia, apreciado por su gran poder antioxidante.
Al no contener estimulantes como la teína, pueden tomar rooibos tanto niños como gente nerviosa o con hipertensión.
Entre sus numerosas propiedades, encontramos:
Trastornos digestivos e intestinales: al ser antiinflamatorio y antiespasmódico, alivia los síntomas asociados a cólicos gástricos, flatulencias, gases o diárrea. Si se toma después de las comidas, ayuda a evitar la acidez producida por la gastritis.
Alergias: contiene dos bioflavonoides que son capaces de aliviar los principales síntomas, ya que actúa como si se tratara de un antihistamínico natural. Indicado en alergias estacionales, al polvo o alergias alimentarias.
Efecto antioxidante: por su alto contenido en flavonoides, vitamina C, quercitina y otros antioxidantes, el rooibos es un excelente remedio para combatir los radicales libres ya que son los principales responsables de muchas patologías degenerativas.
Dientes sanos: al contener grandes cantidades de flúor, es un protector del esmalte dental.
Afecciones cutáneas: el consumo regular de rooibos puede aliviar algunas afecciones de la piel, ezcemas, irritaciones, picores... debido a sus propiedades antiinflamatorias y cicatrizantes.
Infecciones bucales y faringitis: gran antibacteriano y antiviral, buen remedio para trastornos bucales como aftas, infecciones de garganta como faringitis o laringitis.
Rendimiento mental, gracias al alto porcentaje de minerales que posee, favorece un equilibrio nervioso y mejor actividad mental.
No contiene teína. Té de mañana o tarde. Infusionar 4 minutos.
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