El Romero es una planta medicinal utilizada como tónico cardiaco y circulatorio para fortalecer el corazón y mejorar la circulación sanguínea. Actúa como protector hepático natural y favorece la secreción y la movilidad de la bilis. Es un remedio estimulante que aporta energía en caso de astenia o sensación de fatiga.
El romero puede tomarse como infusión, especialmente tras las comidas copiosas, ya que favorece la digestión, combate la acidez estomacal y previene las flatulencias.
En caso de intoxicaciones alimentarias, también el romero demuestra sus virtudes, inhibiendo la formación de bacterias peligrosas.
Sus efectos tónicos y estimulantes ayudan en la recuperación de las afecciones respiratorias, así como en las del hígado.
También ofrece unos buenos resultados a la hora de atenuar los dolores propios de la menstruación, las cefaleas y la retención de líquidos.
Asimismo, su aportación de hierro, ayuda a combatir la anemia.
El romero es un gran antioxidante, además de ser rico en ácidos rosmarínico, mirceno, ursólico y vitamina C, lo que hace del romero una planta indicada para el tratamiento de enfermedades como el SIDA, el cáncer, el Alzheimer, la artritis o la artrosis.
Sus efectos calmantes lo hacen especialmente indicado para mitigar los dolores musculares.
El romero es un compuesto habitual en muchos champús, debido a su capacidad para la regeneración capilar, estimulante de los folículos pilosos y prevenir la caída del cabello.
Preparación:
1 cucharada de postre por ¼ L de agua. Hervir 1 min. Infusionar tapado 10 min. Colar.
Tomar hasta 3 vasos al día.