Pulsera de CHAKRAS bola Lisa de 4 mm, elástica.
Hechas de minerales naturales. Minerales chakras:
1º: Hematite, 2º: Ágata Cornalina, 3º: Aragonito, 4º: Cuarzo Rosa, 5º: Sodalita, 6º: Amatista, 7º: Cuarzo Blanco
Procedencia: Brasil
El concepto de chakra etimológicamente proviene del sánscrito y significa "rueda" o "disco de luz". Pertenece principalmente a las tradiciones orientales hindú, yóguica, tántrica y china, aunque según Cindy Dale, investigadora intercultural sobre la anatomía energética, se han estudiado muchas más asociaciones entre los chakras y otras tradiciones antiguas, como la africana, la egipcia, la esenia, la sufí y la maya. Según estas tradiciones, los chakras son centros de energía que hacen la función de recepción, asimilación y transmisión de energías vitales.
Cada tradición presenta el sistema de los chakras de una manera diferente a las otras, ya sea en el número de chakras, en su localización o en los conceptos a los que van asociados. Aun así, casi todas consideran los chakras como parte importante del proceso espiritual del hombre.
La mayoría de los sistemas modernos ubican los chakras en los principales centros nerviosos y normalmente presentan siete chakras a lo largo de la columna vertebral, desde el coxis hasta la parte superior de la cabeza.
Se dice que los chakras pueden estar más o menos activos en función del momento evolutivo o de desarrollo personal y espiritual de la persona, y que el flujo de la energía a través de ellos influye en el cuerpo a nivel celular. El estrés, los nervios y algunos estados emocionales bloquean y desestabilizan el funcionamiento normal de estos centros de energía y por consecuencia del organismo.
Para reequilibrar el flujo de energía de los chakras podemos utilizar técnicas de sanación y meditación. Su mantenimiento requiere de un estilo de vida saludable (alimentación, ejercicio, descanso...) y una buena gestión psicoemocional.