Podría considerarse el alimento perfecto, porque además de su delicioso sabor, la miel tiene propiedades no sólo nutricionales sino también medicinales
Laboriosas como nadie, las abejas, además de excelentes arquitectos, podrían considerarse los mejores y más sabios alquimistas de la naturaleza. Al fin y al cabo, su alimento, la miel, ha sido utilizado en todas las épocas y culturas de la humanidad, y desde siempre se han destacado sus cualidades nutritivas y medicinales.
La miel es una solución que elaboran las abejas en los días soleados de primavera y verano para alimentar a sus larvas y asegurarse la subsistencia durante el invierno. Las obreras ingieren el néctar u otros jugos dulces de las flores, a los que añaden sustancias propias de su organismo (enzimas) y se transforman en miel en sacos especiales situados en su esófago. Después la miel es almacenada en los alvéolos del panal, que se sellan una vez se han llenado, facilitando así su conservación.
Para que la miel conserve todos sus nutrientes y propiedades es primordial la forma de su extracción y manipulado. La miel debe ser extraída por prensado o centrifugado tras su extracción y calentada a una temperatura inferior a 45º C para poder proceder a su filtrado con el que se eliminen sus impurezas. De esta forma la miel cristalizará al poco tiempo según sus azúcares de una forma más o menos irregular pudiendo ser granulada o pastosa.
Existen distintos tipos de miel, cuyas características físicas, químicas y organolépticas de cada una de ellas vienen determinadas por varios factores: el tipo de abejas productoras, la especie vegetal de la que recolectan el néctar, la época del año y el clima. Estos factores marcaran que cada miel tenga una peculiaridad especial.
Desde el aspecto nutricional, todas las mieles tienen en común unos componentes mayoritarios que se pueden cuantificar y otros tipos de componentes minoritarios, cuya presencia y proporciones pueden variar según el tipo de miel, aportando las características diferenciales entre ellas.
Su color oscilará de un ámbar claro a un castaño oscuro dependiendo de su procedencia. Cuanto más oscura es la miel, más rica es en minerales y vitaminas B y C. Por ello son las más indicadas para personas anémicas y convalecientes, como reconstituyentes y para aumentar la hemoglobina, siendo elegidas por deportistas, niños y mujeres. Cuanto más clara es, más rica es en vitamina A.
Para considerar una miel originada a partir de una especie floral concreta, la miel debe contener un mínimo de un 51% del néctar de dicha flor.