CANDIDIASIS

CANDIDIASIS
 

CANDIDIASIS

 

Infección por levaduras

 

 

¿Qué es la candidiasis?

La candidiasis es una infección causada por el crecimiento de una levadura de la familia de las Cándidas. Existen muchísimas especies de cándidas distintas, sin embargo, la más común en nuestro organismo es la Candida Albicans.

La multiplicación de esta levadura, puede dañar la pared intestinal produciendo inflamación y un exceso de permeabilidad, lo que permite que la Candida albicans cruce la barrera intestinal y pase a la sangre alcanzando y dañando cualquier parte del organismo. Los principales sistemas orgánicos más sensibles a la proliferación de esta levadura son: el digestivo, el endocrino, el urogenital, el nervioso y el inmunitario.

 

Funciones de las cándidas

La tarea habitual de los hongos Cándida en el cuerpo es eliminar restos de comida que se encuentran en nuestro sistema digestivo. Estos hongos están constantemente controlados por bacterias beneficiosas del intestino y por el sistema inmunológico, pero cuando se dan ciertas condiciones pueden proliferar sin ningún control y pueden llegar a debilitar las paredes del intestino, sumarse a la corriente sanguínea e infiltrarse a otros tejidos. Este hongo por lo general benéfico se puede transformar en uno de tipo patógeno, agresivo y destructivo que puede causar una gran variedad de problemas en la salud.


¿Todos tenemos cándidas?

Las levaduras están presentes en nuestro organismo desde el nacimiento y habitan en armonía con nosotros en nuestra piel, aparato digestivo y aparato genitourinario sin dar lugar a síntomas patológicos. El sistema inmunológico los mantiene a raya, evitando su propagación, en cambio cuando las defensas se debilitan y se desestabilizan, las levaduras pueden reproducirse sin obstáculos.


Factores que predisponen el desarrollo de las cándidas

Normalmente el paciente con cándidas suele tener bajas las defensas y un desequilibrio en su flora intestinal.

  • El exceso de antibióticos, corticoides, antiinflamatorios, esteroides y otros medicamentos pueden producir un deterioro de nuestras defensas y un desequilibrio en nuestra flora intestinal.
  • El estrés físico o emocional y la falta de descanso también contribuyen a que tengamos un sistema inmune débil.
  • Abuso de alcohol o drogas.
  • El cloro y el flúor del agua del grifo. El cloro porque mata la flora intestinal y el flúor porque debilita el sistema inmunitario.

La dieta es uno de los factores que también hemos de tener en cuenta en pacientes con cándidas.

  • Dietas ricas en azúcares simples, miel, zumos de frutas, alimentos industrializados ayudan a que tengamos alto nuestro nivel de glucosa (el alimento favorito de las cándidas).
  • Alimentos con un contenido elevado en levaduras y hongos, como las bebidas alcohólicas, los quesos y los frutos secos, favorecen el crecimiento de las cándidas.
  • Debe evitarse la leche y sus derivados por su alto contenido en lactosa.
  • Falta de nutrientes, una mala alimentación hacer que no tengamos todos los nutrientes necesarios lo que ocasionará, a su vez, un sistema inmune más débil y una flora intestinal deficiente.


Deterioro de la función hepática, el hígado es un órgano clave para evitar el crecimiento de las cándidas. Cuando su actividad se ve disminuida, el hígado no realiza una filtración adecuada de la sangre.

Embarazo, durante esta etapa los niveles de progesterona aumentan, lo que puede provocar resistencia a la insulina, causando un exceso de glucosa en sangre y favoreciendo el crecimiento de cándidas.

 

Síntomas de padecer cándidas

Las personas que sufren de Candidiasis presentan una sintomatología muy extensa y complicada debido a que las cándidas:

  • Rompen el equilibrio de la flora intestinal provocando estreñimiento y/o diarreas, halitosis, deseo de comer carbohidratos (dulces, pasta, pan…), indigestiones…
  • Liberan toxinas que reaccionan con algunos neurotransmisores, provocando la pérdida de memoria, cambios de humor, insomnio, dolores de cabeza y falta de concentración.
  • Debido al grado de toxicidad que sufren las personas con candidiasis, el hígado tiene que trabajar más de lo normal para desintoxicar el organismo, provocando fatiga, cansancio y malestar general.
  • Deprimen el sistema inmunitario, con mayor probabilidad de padecer infecciones, alergias…
  • Las funciones hormonales pueden verse afectadas provocando síndrome premenstrual, endometriosis, retención de líquidos…

A parte de las típicas candidiasis vaginal y oral o muguet, existe otro grupo de candidiasis que suele hacerse crónica debido a la falta de diagnóstico. Estas se caracterizan por presentar una sintomatología extensa, confusa, cíclica y recurrente, acompañadas de analíticas que suelen presentar resultados normales.

Casi siempre todas las pruebas dan negativo y médicos, incluso en paciente comienza a pensar que se trata de una persona hipocondríaca o demasiado obsesionada en las enfermedades. Después de muchos años de investigaciones la medicina empieza a reconocer que los problemas que nos pueden ocasionar el crecimiento excesivo de cándidas pueden afectar a casi cualquier órgano o función de nuestro organismo.

 

Soluciones o como eliminar las cándidas

  • Intentar organizar nuestro trabajo para reducir el estrés al máximo.
  • Realizar algún tipo de ejercicio físico para ayudar a regular nuestro nivel de glucosa y eliminar el estrés.
  • Beber al menos 2 litros de agua al día para poder ayudar al organismo a eliminar los tóxicos acumulados.
  • Seguir una dieta antifúngica, al menos durante 15 días para evitar el crecimiento de las cándidas:

 

ALIMENTOS A EVITAR:

  • Azúcares simples, azúcar, miel, siropes, chocolate, helados, bollería,…
  • Fruta y zumos de frutas.
  • Fruta seca
  • Patatas, champiñones, calabaza, boniatos
  • Productos fermentados o que contengan levaduras: vinagre, pan, quesos, salsa de soja (tamari), salsas para ensaladas. Miso, tempeh.
  • Productos lácteos (por su efecto productor de moco, que contribuirá a enlentecer el proceso de curación).
  • Productos elaborados: charcutería, patés, salchichas, embutidos, conservas.
  • Té, café (incluso el descafeinado), bebidas alcohólicas.
  • Especias picantes.


ALIMENTOS ACONSEJADOS:

  • Verduras y zumos de hortalizas (evitar la zanahoria y la remolacha).
  • Caldos vegetales de ajo, cebolla, puerros, coliflor, col, brócoli, coles de bruselas, rábanos…
  • Germinados de legumbres y granos.
  • Quinoa, trigo sarraceno, amaranto, centeno, arroz integral, avena, cebada…
  • Algas: hiziki, arame, kombu,…
  • Aceites vegetales.
  • Especias suaves: tomillo y romero.
  • Semillas de frutos secos.
  • Leche de soja, tofu, soja texturizada.
  • Bebidas vegetales de avena, arroz...
  • Pescado, carne, huevos.
  • Fibra, ya que sirve de alimento a los microorganismos de las paredes intestinales.


Al empezar esta dieta es normal que el enfermo se encuentre peor, esto es debido a dos motivos: el primero es que las cándidas protestan porque no tienen alimento, y el segundo es debido a que el cuerpo está eliminando una cantidad de toxinas.

Después de un par de semanas, además de continuar con la dieta anterior se iniciará el tratamiento que debe de eliminar las cándidas de una manera lenta y progresiva. No se debe de tener prisa en aumentar la ingestión de los productos para no sobrecargar al organismo en el trabajo de eliminación.

Una vez que la persona no presenta síntomas, se siente bien y su nivel de energía es óptimo, hay que empezar a introducir lentamente y con cuidado los alimentos que durante el tratamiento se habían suprimido.


Nutrientes importantes para fortalecer el sistema inmunitario

  • Vitaminas del grupo B: este grupo de vitaminas trabajan en sinergia ejerciendo numerosas e importantes funciones. El ácido fólico y la vitamina B12 ayudan en la producción de glóbulos rojos y en la desintoxicación de productos químicos. La vitamina B6 favorece el aumento de las células de nuestro sistema inmunológico.
  • Vitamina A (como betacaroteno): fortalece las mucosas del tracto intestinal, previene la excesiva formación de prostaglandinas inflamatorias y favorece la producción de Inmunoglobulinas.
  • Vitamina C, ejerce efectos positivos en el tratamiento de la candidiasis al mejorar la respuesta del sistema inmunitario, repara los tejidos y, además, previene la secreción de histamina y aumenta si desintoxicación.
  • L-cisteína: este aminoácido no esencial es el precursor de la síntesis de proteínas, glutatión, taurina y coenzima A. refuerza el sistema inmunitario y posee una acción antioxidante importante.
  • Zinc: una deficiencia de este mineral puede deprimir el sistema inmunitario, incrementándose la incidencia de infecciones. Además de poseer una actividad inmunoestimuladora, tiene una acción antioxidante, antiinflamatoria y antibacteriana.
  • Complejo probiótico para reforzar el sistema inmunitario, repoblar la flora intestinal, mejorar la desintoxicación y reducir la acidez del sistema digestivo.


Plantas y especias con acción bactericida

En general se suele empezar por una dosis muy baja y se va aumentando progresivamente, ya que las Cándidas cuando mueren suelen producir una especie de toxina y por eso es preferible ir poco a poco,  a fin de no sentirnos mal.

  • Pau d’Arco o Lapacho, las últimas investigaciones sobre los efectos fitoterapéuticos de esta planta, demuestran su elevada acción antifúngica y antimicrobiana.
  • Manzanilla, tiene propiedades antisépticas, antimicrobianas y antifúngicas.
  • Caléndula, es emoliente y antiinflamatoria, está indicada en heridas de difícil curación y como regeneradora de la piel.
  • Canela, posee una notable actividad antiséptica y antimicótica.
  • Tomillo, tiene efecto antimicrobiano, debido especialmente al aceite esencial y las saponinas. Por vía externa, se utiliza como bactericida y fungicida.
  • Melisa, el aceite esencial tiene propiedades bacteriostáticas.
  • Ajo: tiene un gran poder antimicótico debido a su contenido en esencias sulfuradas.
  • Própolis: Con una acción, bactericida, antivírica y antiparasitaria demostrada, al mismo tiempo que posee una acción reforzante del sistema inmunológico.
  • Árbol del té, su aceite esencial posee un efecto antiséptico triple, actúa contra las bacterias, hongos y virus es, además antiséptico y cicatrizante.
  • Semilla de pomelo: por sus propiedades desinfectantes y antibióticas y ayudan a reforzar el sistema inmunitario.
  • Orégano: Potente efecto como antibiótico natural y sobretodo su utilidad en casos de cándidas o candidiasis.
  • Aceite de Coco: Gracias a los ácidos que contiene, como el ácido laúrico tiene propiedades antimicrobianas y antihongos, que facilita la eliminación de la cándida albicans. Además su uso tópico ayudará a reducir las picazones y molestias de la zona vaginal.


Plantas con acción desintoxicante

  • Diente de León, es un tónico amargo que estimula los órganos de la digestión, y ejerce una acción sobre el hígado y la vesícula biliar.
  • Cardo Mariano, la silimarina (flavonoide), actúa como hepatoprotector y estimula la síntesis de proteínas del hígado, por lo que podría tener un efecto regenerador de las células hepáticas.


Favorecedores de la digestión

  • Lactobacillus acidophilus: es la principal bacteria colonizadora del intestino delgado. Tiene acción fungicida, mejora la absorción de los nutrientes, ayuda a desintoxicar el aparato intestinal y a producir vitaminas B, además de combatir las infecciones intestinales y estimular las defensas naturales del organismo.
  • Fibra: los efectos beneficiosos de la fibra son variados como por ejemplo: disminuye el tiempo de tránsito intestinal, aumenta el peso de las deposiciones, promueve una microflora intestinal beneficiosa, entre otros.


Consejos saludables

  • Evitar los alimentos ricos en azúcar, productos lácteos, levaduras, trigo y cafeína, ya que este tipo de ingredientes promueven el crecimiento desmedido de levaduras.
  • Consumir yogures que contengan Lactobacillus acidophilus, una bacteria “buena” que se cree mantiene la Candida albicans bajo control. No todas las marcas de yogures contienen esta bacteria, así que asegúrate de que la etiqueta diga “contiene Lactobacillus acidophilus”.
  • Mantener una buena higiene oral, esto incluye cepillado después de cada comida, uso del hilo dental y colutorios orales.
  • Utilizar algodón y vestimenta suelta en nuestra ropa interior para reducir el riesgo de infecciones vaginales.
  • Pasarnos a la celulosa ecológica, libre de cloros, perfumes y sintéticos en nuestra higiene íntima (salvaslips, compresas y tampones).